Tercer día
de clase, empieza todo con un curso aburridísimo, ojalá pasara algo distinto y
emocionante. Estábamos todos sentados bostezando cada vez que se daba la vuelta
el profe y algunos atrevidos hasta se dormían sin importarle la nota que les pusieran.
Cuando estaban
apunto de explicar una aburrida teoría sobre la generación del 27, la del 36,
la del 50 y unas cuantas más de las que no me enteré, entró Jose ante la
perplejidad de todos, incluyendo la del profe. Además de haber faltado dos días
al "cole" se tomaba la libertad de llegar el tercero tarde (30 minutos para ser
exactos).
La cara del
profe Pepe exigía respuestas, a no ser que fuera un caso muy grave no se
admitía caridad.
-¿Qué ha
pasado?
-¿Cuándo?
-¡¡¡¡En los
dos días que has faltado so…!!!! Dijo el profe alterado.
-¿Qué días
exactamente? Preguntó Jose ensimismado, (pues Jose falta mucho y casi siempre
llegaba tarde).
-Ayer y antes
de ayer, los dos primeros días de clase. Respondió el profe Pepe con una voz
más calmada pero con una cara que no prometía nada bueno.
Todos nos
asustamos porque “don” Pepe no aguantaba 10 minutos hablar con alguien así,
(que no se entere de lo mas sencillo, como una raíz cuadrada, y que no la
comprenda); con Jose llevaba ya 15 minutos, ni te cuento. Por el contrario
John, uno de los que dormía y que al despertarse se había enterado de todo, se preparó para otro sueñecito, y es
que Jose siempre da la típica excusa de
que estaba enfermo, se ha muerto un familiar, ha tenido que ir al médico o una
de las excusas típicas de la lista de siempre. Pero esta vez fue diferente y
todo comenzó con un:
-¡Ah! Si, ya
me acuerdo; pues verás…
Estaba yo el
día 8 (primer día de “cole”) en mi cama a eso de las 8 menos cuarto, y es que
hasta las 8 no me levanto; cuando me desperté sobresaltado por el ruido de lo
que parecía una avioneta y el crujir de ramas; me asomé a la ventana y vi una
cosa que parecía un huevo frito gigante que estaba partiendo mi árbol preferido
así que salté por la ventana para ayudar al que pilotara esa avioneta-huevo,
para decirle un par de cosillas sobre su aterrizaje y para invitarle a entrar
porque aunque me había fastidiado mucho que rompiese mi árbol, mi madre dice
siempre que hay que ayudar a quien lo necesita y creo que solo, en la calle y
con ese cacharro volador en el estado que estaba no iba a durar mucho. Así que
ordené mis pensamientos y eché a andar hacia el jardín; crucé el pasillo, gire
a la izquierda; las escaleras, que fui saltando de 3 en 3 contando muy bien
para que no me faltasen o sobrasen escalones en ningún momento.
Quité todos
los escombros y acurrucado en un hueco encontré a un niño de unos siete años
muy normal a excepción de dos cosas, que no me entendía al hablarle, por lo que
deduje que era extranjero; y que le sobresalían dos alas de mariposa un poco marchitas de la espalda, cosa
que no entendí, pues en ese caso, para que quería el trasto volador.
Nos tiramos
el día intentado comprendernos, y yo intentando enseñarle cosas de aquí y que
no me siguiera por que en su intento de entender cosas me seguía a todos lados…
Por alguna razón se le veía mucho mas feliz cuando estaba en el jardín entre las flores.
A eso de las
2 encontré en su avioneta-huevo un cacharro con forma de walki-talki; lo cogí,
hablé por el y mi voz sonó como los ruidos que hacía mi amigo alado, corriendo se
lo di a este y cuando habló a través de el, sonó con voz humana. De ese modo le
expliqué que no podía seguirme a todos lados y que tenía que ir a clase, pero
para entonces ya eran las 2 y 10 y yo
tardo media hora en ir al "cole" que termina a las 2 y media.
Así que no
fui.
El día 9
(segundo día). Me desperté como siempre, dispuesto a ir al cole cuando recordé
que mi amigo alado seguía conmigo e instantes
después me fijé en que no estaba. Salí a la calle precipitadamente con mi madre
estupefacta; cuando me di cuenta estaba en medio de la calle y en pijama.
(Cuando Jose llegó a este punto toda la clase se destornillaba de risa, hasta
el profe y John estaban hartos porque en ese estado no se podía dormir).
-Pero
seguimos con los sucesos- dijo Jose mientras yo sin poder aguantarlo me
retorcía de la risa en el suelo.
Corrí a
vestirme y volví para buscar de nuevo a mi amigo. Las horas pasaron, me perdí y
cuando me giré me di cuenta de que había un bulto que no podía traspasar,
después de intentarlo varias veces, el bulto tomó color y adoptó la forma de mi
amigo, que me había estado siguiendo todo el rato. En ese momento me di cuenta
de otra de las cualidades de este, la invisibilidad y tuve muy claro que o era
de otro planeta o una especie aun no
descubierta de la Tierra; lo que era poco probable porque tenía tamaño
humano y alas que alguna vez tendrían que usar y aunque pudiesen hacerse
invisible no podían esconderse eternamente; y para rematar ese trasto (la
avioneta-huevo que pilotaba, que más tarde me enteré que era un O.V.N.I u Objeto Volador No Identificado) volvimos a casa muy tarde porque un viejecito
cuando le preguntamos por donde ir nos dijo la dirección contraria y tardamos
una hora en enterarnos y otra hora en llegar a mi casa y llegamos a las 4.
Por último
(dijo Jose con tono de terminar) esta mañana, mi amigo me llamó y me dijo que había
conseguido contactar con su familia e iban a venir esta mañana a recogerle; por
eso he llegado tarde, porque tenía que despedirle.
-¡Es increíble! Dijo el profesor, que como daba Lengua estaba
encantado con la historia.
-Pero… ¿estás seguro de que es verdad?
Preguntó intrigado.
-Por supuesto profesor. Contestó Jose
mientras le guiñaba el ojo a su mejor amigo y a toda la clase.
A todo esto la clase se había acabado
y el profe Pepe hasta le puso a Jose un positivo por la historia (el profe Pepe
está un poco chiflado, o muy cuerdo, nadie esta seguro; todos sabemos que es
genial).
Días después Jose me contó que iba a
escribir la historia, mientras me hablaba de los planes que tenía para ésta, un
niño con alas fue apareciendo detrás suya y me guiñó el ojo, un papelito color
azul cayó de sus manos, lo miré y cuando volví la vista nuestro extraterrestre
se había marchado.
Cogí el papelito azul y mientras lo
abría le dije a Jose quién había estado hace unos momentos
detrás suya.
En el papel había escrito:
12
ños luses recha sul
DP;
yamar yzrak = yzrak
Se lo
leí a Jose, y después lo releí como unas 3 veces, al cabo de un rato los dos
llegamos a la conclusión de que ponía algo así:
12 años luz a la derecha azul
P.D.: me llamo yzrak=yzrak (en su idioma)
Así que
esta nota no podía ser otra cosa que indicaciones para llegar a su planeta, sin
embargo no podíamos cruzar 12 años luz así como así.
Esa
misma tarde aparecimos los dos en el cuarto de Jose que tenía un libro de cohetes, el espacio y los
planetas, pensábamos mirar para ver si se podía llegar al planeta de yzrak y
dónde se situaba exactamente; finalmente lo único que supimos era que 12 años
luz eran muchos, muchos, muchos kilómetros.
Desanimados
bajamos al jardín a ver si podíamos jugar a algo; en el camino me entretuve con
la madre de Jose, una mujer delgada, morena y muy amable, que se había empeñado
en que debía merendar algo.
Minutos después de haber cedido y haberme tomado un
bocadillo de chocolate (que estaba buenísimo) apareció Jose por la puerta con
la cara de un niño con zapatos nuevos y como si fuese el día de Reyes me obligó
a taparme con una venda los ojos para darme una sorpresa (entre la madre y el hijo,
en esa casa hay muchas exigencias).
Al
llegar al jardín me quitó la venda de un tirón. Abrí los ojos, parpadeé unas
veces y me di cuenta de que estaba enfrente de la casa, me di la vuelta y…
…delante
mía se hallaba eso que los científicos llaman OVNI, era el de yzrak pero ya no
estaba roto por el golpe contra el árbol, sino que estaba nuevo, me quedé
perplejo y empecé a mirarlo con curiosidad.
Me di
cuenta de que cada vez era menos sólido,
como si se estuviese volviendo etéreo, hasta que llegó un punto en el
que desapareció. Entonces caí, claro, si yzrak podía volverse invisible por qué
no también su OVNI.
Jose y
yo cruzamos una mirada muda y en cuanto volvió a aparecer subimos los dos a
bordo, en un cartel nos esperaba una frase que decía:
“Ora os
tca ha bosotroz bisitar mi blaneta”
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