viernes, 13 de septiembre de 2013

El coche

Detrás de la escarcha,
el flamante coche rojo
te mira con sus ojos
de la luna llena.

El niño lo quiere
para no aburrirse,
quiere el juguete
para divertirse.

El coche es su amigo,
lo lleva consigo,
el coche va andando,
se queda dormido.

Ahora aparece
fuera olvidado,
el ventilador frío
con el se ha enfadado.

En la ventana se ve
el niño jugando,
con un nuevo juguete
que ha encontrado.

Allí en la silla,
se queda pensando,
en su buena vida
que se ha esfumado.

Echando diamantes
congelados como el hielo,
se esconde debajo
de aquel frío manto.

La tormenta de escarcha
recuerda al principio,
pero esta le deja

de color blanquecino.


                                                                                                                           Libros perdidos

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